jueves, 30 de julio de 2015

La mala gestión de Rudi y Oliván deja a los turolenses sin algunos servicios sanitarios

La mala gestión de la Consejería de Sanidad del anterior Gobierno de Aragón, en manos de PP y PAR, deja a la ciudad de Teruel, y a muchas poblaciones dependientes del mismo, sin servicios básicos.

Las últimas noticias recibidas desde el  Tribunal Administrativo de Contratos Públicos de Aragón (TACPA), consideran ilegal la licitación de servicios gestionada por el antiguo consejero de Sanidad, Ricardo Oliván.

El lunes 20 de junio se conocía que los pacientes necesitados de tratamiento de radioterapia deberán desplazarse a Valencia gracias a estas licitaciones, realizadas “con premura y adjudicadas tras el periodo electoral”, según denuncia Marea Blanca Aragón, que además asegura que se trata de una decisión poco comprensible, pues no obedece a “economía presupuestaria ni a dar un mejor servicio al ciudadano”.

Desde el colectivo consideran la gestión de la antigua consejería “una chapuza”, aunque no dudan en afirmar que a buen seguro “Luisa Fernanda Rudi y su idolatrado Ricardo Oliván buscarán falsos culpables para justificar su caótica gestión al frente de la consejería de sanidad, confirmando una vez más lo que es una realidad, su incapacidad para terminar la ejecución de un hospital ya licitado y adjudicado en cuatro años”.

Marea Blanca asegura que la sentencia del TACPA “da fe de la falta de profesionalidad por parte de Ricardo Oliván, y por ende de Doña Luisa Fernanda Rudi, por mantenerlo en el cargo durante toda la legislatura”, e inciden en que “al final los perjudicados son los ciudadanos turolenses, en este caso y en general, todos los aragoneses”.

“Deseamos que la nueva consejería tome buena nota de lo que no debe hacerse y esperamos que subsane lo antes posible todas las chapuzas dejadas por el anterior consejero, dotando a la ciudad de Teruel de un Hospital moderno, que satisfaga todas las necesidades sanitarias actuales y futuras de su población” concluyen desde Marea Blanca.

Fuentes: arainfo.org
Fotografía: el periódico de Aragón.

miércoles, 22 de julio de 2015

El medio rural es el eslabón perdido de la sanidad aragonesa

En Peralta de Calasanz, en la comarca de La Litera, viven 220 habitantes, distribuidos en cuatro núcleos. A pesar de ser pocos, los vecinos tienen la suerte de contar con un consultorio médico, y un botiquín rural que hace las veces de farmacia. Pero... ¿Qué ocurre cuando son necesarios análisis, pruebas o visitas al especialista? En Peralta recurren a la organización y solidaridad de los vecinos. Otros municipios, como Used o Albalate del Arzobispo, cuentan además con convenios de transporte. En el medio rural aragonés, acudir al hospital o al centro de salud de referencia puede ser a veces una pequeña odisea.

“Cuando el médico sabe que hay tres o cuatro pacientes que tienen que desplazarse a Monzón o Barbastro, trata de que la citación de todos sea el mismo día y los avisa para que se pongan de acuerdo para ir todos juntos”, explica Luis Pedro Boteller, alcalde de Peralta, que confiesa que “es una suerte contar con un doctor tan implicado”. El propio médico, para ahorrar desplazamientos a sus usuarios, se encarga de transportar los volantes hasta el centro de especialidades, y de llevar de vuelta las citaciones. De Peralta solo va un autocar un par de días a la semana hasta Binéfar, de manera que si se quiere ir a Monzón o al hospital de Barbastro es necesario hacer trasbordo. Para todo lo demás, la solidaridad entre los habitantes. “Hay vecinos a los que por edad les han retirado el permiso de conducir y los jubilados más jóvenes se ofrecen a llevarlos”, explica el alcalde.

“En Used no nos podemos quejar”, dice Antonio Gómez, concejal de este pueblo de la Comarca de Daroca. “Tenemos un médico en la localidad, que pasa consulta hora y media de lunes a viernes, y también hay enfermería”, explica. El temor en Used, que tiene cerca de 300 habitantes, es que, con cada vez menos cartillas asignadas al facultativo, finalmente se abra el dispensario solo unos días a la semana. Para tratar de sortear esa situación, el consistorio corre con algunos de los gastos del consultorio. “La población está cada vez más envejecida y necesitan tener al médico a mano”, reivindica el edil.

Este pueblo tiene como primer hospital de referencia al de Calatayud. “Si sufres una urgencia, puedes ir por medios propios o con alguien que te lleve, o se pide una ambulancia, que viene desde Calatayud o Daroca, pero tarda más”, detalla Gómez. Para los pacientes de Used y otras localidades de la zona que requieren de rehabilitación, el Departamento de Sanidad ha dispuesto un transporte sanitario que, en caso de tener que hacer parada en todos los municipios que cubre, puede alargar el recorrido casi dos horas, frente a los 45 minutos que cuesta cubrir el trayecto normalmente.

Para otras atenciones sanitarias que requieren desplazamiento, en Used “lo habitual es que la gente lo haga por sus propios medios”. Sin embargo, se ofrece una alternativa a quienes no tienen a nadie que les lleve. Los lunes y los viernes cuentan con una furgoneta, subvencionada por el Gobierno de Aragón, que hace las veces de coche de línea hasta Daroca, de manera que desde allí pueden coger un autobús hasta Calatayud o Zaragoza, visitar al especialista y volver en el mismo día siguiendo la ruta inversa. Cuando se dan las citaciones en el hospital, se tienen en consideración estas limitaciones de días y horarios. “Esta es la solución con la que contamos... ¡Y que nos dure!”,  pide Gómez. “Nosotros por lo menos tenemos médico; los pueblos de alrededor, que son más pequeños, todavía lo tienen más complicado”.

En Albalate del Arzobispo, con sus 2.000 habitantes, la situación es mejor, aunque no escapa a una problemática que parece común a todo el territorio rural aragonés. En esta localidad hay tanto personal médico como de enfermería sumando un total de cuatro profesionales. Su centro de salud está en Híjar, a once kilómetros por carretera, y hasta allí van los pacientes de los nueve pueblos de la Comarca del Bajo Martín para hacerse análisis, los martes y los viernes. “Antes el Ayuntamiento ponía un minibus para ir hasta Híjar, pero se suprimió debido a la escasa demanda y el alto coste que tenía”, explica Isabel Arnas, concejal de Albalate. La corporación municipal decidió sustituirlo por un convenio por el que el taxista del pueblo se compromete a estar disponible durante el horario de las extracciones. Cada usuario corre con el gasto del desplazamiento, pero varios pacientes pueden ponerse de acuerdo para repartirse el coste de la carrera.

Para Luis Pedro Boteller, aunque la solución en pueblos con tan escasa población como Peralta de Calasanz se antoja difícil, “con una buena organización, quizás a través de una aplicación informática, sería factible que el Servicio Aragonés de Salud facilitara un transporte para los pacientes que lo necesiten”. En cualquier caso, “este es uno más de los obstáculos que tenemos para asentar población”, señala Boteller. En poco más de un siglo, el municipio que rige ha pasado de tener 2.400 habitantes a tan solo 220.

Fuente: eldiario.es
Fotografía: trasobares.es

jueves, 16 de julio de 2015

Durante el verano familias aragonesas acogen a menores saharauis con discapacidad

La falta de medios en los campamentos de refugiados provoca que la mayoría de los niños no cuente con un diagnóstico claro de su grado de discapacidad física o intelectual por lo que durante su estancia en Aragón asisten a revisiones y consultas médicas, y son sometidos a intervenciones quirúrgicas en el caso de que sean necesarias.

"Me dicen que soy valiente por acoger a una niña saharaui con discapacidad, pero no es así, porque ella es dócil y cariñosa; lo tiene todo y para mí es una experiencia muy gratificante". Así de convencida se muestra Lourdes Guiral, la madre de acogida de Naha, una niña saharaui con dificultades para moverse y para hablar, que por primera vez pasará este verano con una familia aragonesa. Con ella, ha llegado a Aragón un grupo de niños saharauis con discapacidad. Ocho en total, de los cuales cinco viven en las residencias y centros vacacionales de las asociaciones para discapacitados de la provincia de Huesca, mientras que los otros tres son acogidos por familias.

Todos tienen entre ocho y doce años y cada uno de ellos necesita un cuidado especial. Por su situación, son más vulnerables que el resto de la población y sufren todavía más las condiciones de los campamentos de refugiados del Sáhara Occidental.

Hace tres años la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui (Alouda), en contacto permanente con los campamentos de Tinduf, quiso aportar su granito de arena, tras conocer de primera mano la realidad de este colectivo. Enseguida se puso en contacto con la Coordinadora de Asociaciones de Personas con Discapacidad (Cadis) de Huesca para liderar un programa que permitiera a estos niños salir de los campamentos durante los meses de verano. Algunos de ellos se alojan en el centro vacacional de ATADES en Martillué; en el de la Fundación Benito Ardid en Isin y en la residencia de Aspace en Huesca, donde participan de las actividades junto al resto de niños de la provincia.

Vienen acompañados de varios monitores, quienes reciben formación de los profesionales de Cadis durante estas semanas, para que a su vuelta puedan aplicar las técnicas aprendidas en los centros habilitados para los discapacitados en los campamentos de refugiados, explica  la gerente de Cadis, Marta Peñas.

Los niños son diagnosticados durante su estancia en Aragón.

Para los niños, su estancia en Aragón es más que una experiencia. Es clave para su salud. La falta de medios de los campamentos de refugiados provoca que la gran mayoría no cuente con un diagnóstico claro de su grado de discapacidad y menos aún de un tratamiento adecuado y eso es precisamente lo que se quiere arreglar.

Por ello, los niños saharauis acuden a varias revisiones pediátricas en sus centros de salud y en el Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza, donde reciben atención médica por parte de un equipo de voluntarios compuesto por médicos, enfermeros y auxiliares y se someten a intervenciones quirúrgicas si son necesarias.

Estas revisiones ayudan a establecer un diagnóstico para mejorar, en la medida de lo posible, la calidad de vida de estos niños. El presidente de Alouda, José Luis Laliena, recuerda las crisis epilépticas que sufría uno de los niños, al que no le habían diagnosticado la enfermedad. Fue durante su estancia en Aragón cuando se la detectaron y, desde entonces, recibe de forma periódica la medicación enviada por Alouda al campamento donde vive. "Ya no ha vuelto a tener más episodios de epilepsia", destaca Laliena. No es el único. También a dos niñas sordomudas, que participaron en el programa de la asociación Umdraiga hace cinco años, se les puso el implante coclear en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza.

Las familias de acogida.

La madre de acogida de Naha cuenta que no le importa ir de consulta en consulta, al contrario, "cuánto antes mejor", por si hay que hacer alguna operación o rehabilitación, ya que el tiempo apremia, indica. Lourdes Guiral no dudó ni un instante cuando, al ponerse en contacto con Alouda, le ofrecieron acoger a una niña con discapacidad. "Soy jubilada, dispongo de mucho tiempo y no me importa dedicarle el verano a ella", aclara. Naha tiene problemas motores que le afectan al lado derecho y dificultades para hablar, pero ambas se comunican perfectamente, afirma. "A su manera me pide lo que quiere. Le he cogido un cariño que nos va a costar separarnos", señala.

Tampoco Yolanda Otín, vecina de Sabiñánigo, dudó cuando su hija le pidió acoger durante el verano a Saha, afectada por una discapacidad intelectual. La conoció durante su estancia en un campo de refugiados y le pidió a su madre acogerla en su casa. Este año es la segunda vez que viene y, entre los planes de esta familia, está conseguir que la niña se quede durante todo el invierno.

También Laura Baceló, coordinadora de 'Vacaciones en Paz' de la asociación Umdraiga en Zaragoza, acoge desde hace cuatro años a Manana, una niña saharaui con síndrome de Down.

Desde Alouda quieren hacer hincapié en la situación de vulnerabilidad que viven las personas con discapacidad en los campamentos de refugiados. No sólo en el Sáhara Occidental, sino también en los de otras zonas en conflicto del mundo. "La atención a los partos en estos campamentos es muy precaria y hay muchos nacimientos de niños con problemas", alerta.

Fuente: eldiario.es
Fotografía: gmoure.es

miércoles, 8 de julio de 2015

Los médicos podrán firmar la baja y el alta a la vez si es por menos de cinco días

El Ministerio de Empleo y Seguridad Social informó el lunes 22 de junio de la entrada en vigor del nuevo procedimiento que regula el sistema de partes médicos, por el que se facilita al trabajador la comunicación de la enfermedad en la gestión de una baja laboral.

Según ha señalado el Ministerio en un comunicado, el nuevo sistema reduce trámites burocráticos y adecúa la emisión de estos partes a la duración estimada de cada proceso, al mismo tiempo que mejora la coordinación entre los organismos que participan en el trámite de una incapacidad temporal.

En relación a la expedición de los partes, los facultativos pueden emitir el parte de baja y alta en el mismo acto médico cuando consideren que se trata de un proceso de duración estimada "muy corta", inferior a cinco días naturales, para evitar segundas visitas al centro de salud.

En los casos de baja por enfermedad común, los partes de alta médica se expiden siempre por el médico del servicio público o el inspector del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), mientras que las mutuas pueden solicitar a la Inspección Médica del Servicio Público de Salud y después al INSS, si los organismos pertinentes no responden o el alta se deniega.

En relación a la tramitación entre el empresario y el trabajador, que puede hacerse por medios telemáticos, el empleado debe presentar a la empresa la copia de los partes de baja en el plazo de tres días desde su expedición, mientras que debe entregar el de alta en las siguientes veinticuatro horas.

Por otro lado, la empresa debe incluir en el parte de baja datos sobre la cotización del trabajador, la clave del código nacional de ocupación, la provincia del centro de salud que emite el parte e información genérica identificativa del proceso que ha de transmitir al INSS junto al parte de baja, de confirmación o de alta presentando por el empleado.



Fuente: Heraldo de Aragón.
Fotografía: atencionatupsique.wordpress.com